4. EL
AMOR DUELE
Segundo día
de travesía, otra vez levántate a las cinco y media de la mañana, desayuna mal
desayunado y cárgate la mochila al hombre para caminar esos veinte kilómetros
de los que te acordarás toda la vida.
Caminar bajo
ese sol del que era fácil coger una insolación y alzar la vista hacia las
cuestas del camino que parecían el Empire State, en el caso de Noelia eso no le
importaba, tenía cosas más importantes en las que pensar.
-Sara, tengo
que hablar contigo- le dijo Noelia apurada.
-¿Qué
ocurre?- preguntó su amiga intrigada.
Noelia le
contó a su amiga todo lo que había pasado la noche anterior y lo que podía
haber pasado si ella no fuese tan cobarde y tan niña. Si hubiese pasado, Jorge
no si hubiera puesto a llorar.
Sara quería
hablar con el chico que no dejaba vivir a su amiga, aunque sabía que a Noelia
no le haría mucha gracia. Así que cuando se instalaron en el nuevo refugio,
Sara se acercó a Jorge.
-Jorge
¿puedo hablar contigo sobre Noelia?
-Que le ha
pasado, está bien- se apresuró a decir el chico.
-Sí
tranquilo. Me contó lo de la otra noche y no para de darle vueltas a la cabeza.
-Sé que fui
u idiota, todo es culpa mía- se lamentaba Jorge.
-No es eso
de lo que está preocupada, si no de que hubiese pasado si ella hubiera accedido
a darte el beso. Está fatal por como te sentiste.
-Debo hablar
con ella, dile que le espero detrás del comedor.
-De acuerdo,
se lo diré.
Sara corrió
hasta donde estaba su amiga para contarle la noticia. La encontró hablando con
Pilar una chica de su misma edad de la que las tres se habían hecho muy amigas.
-Pilar te la
robo un momento- le dijo Sara agarrando del brazo a Noelia.
-Toda tuya.
-¿Qué pasa?-
preguntó Noelia alterada.
-Jorge
quiere hablar contigo, en la caseta, detrás del comedor.
Y antes de
que Sara pudiera decir algo más, Noelia había desaparecido.
Corrió lo
más rápido que pudo aunque, fue en vano. Al llegar a la caseta, Noelia se
arrepentía de estar allí. Vio como Paola, una de las chicas más guapas de todo
el campamento se besaba con Jorge, el príncipe azul de Noelia. La chica no
sabía como reaccionar. Se quedó allí quieta, llorando. Hasta que Jorge apartó a
Paola.
-Noelia…-
dijo él acercándose a ella, peo ya era demasiado tarde, Noelia se había ido
corriendo- ¡Noelia espera!
-Déjala solo
es una cría- dijo Paola agarrándolo del brazo, pero este no se dejó.
-Para mí es
muchísimo más que una simple cría, así que no te atrevas a llamarla así otra
vez.
Jorge se dio
la vuelta con la esperanza de que la chica estuviese allí, pero había vuelto a
desaparecer.
Fue a
buscarla donde estaban sus amigas.
-Ana, Sara
¿habéis visto a Noelia?- les preguntó el chico sofocado.
-No, porqué
¿qué pasa?- preguntó Ana.
-Paola me
engañó para que yo le besara, Noelia lo vio, se echó a correr llorando y ahora
ya no la encuentro- dijo Jorge cogiendo aire.
Sara que,
aunque la chica no era muy inteligente, empezó a pensar el lugar donde, para
Noelia, comenzó todo.
-Yo sé donde
puede estar- le dijo Sara- ¿dónde fue la última vez que estuviste con ella?
Jorge
recordó que la noche en vestuario fue la última vez que estuvo con ella.
-En el
vestuario- dijo el- gracias chicas, os debo una.
Fue
corriendo hasta llegar al pasillo que lleva a los vestuarios. A la derecha le
pareció oír los llantos de la
chica. Entró
y allí estaba, sentada en el suelo con la cabeza metida entre las piernas.
Jorge se acercó a ella.
-¿Noelia?
-¡Déjame en
paz!- gritó la chica sin mirarle a los ojos. Hizo la acción de levantarse, pero
Jorge la retuvo sujetándola del brazo.
-Por favor,
escúchame. Yo no besé a Paola, ella me engañó para que yo lo hiciera. Yo no
quería hacerlo.
Noelia era
la primera vez que le miraba a los ojos.
-Y como hago
yo ahora para creerte, como sé que no fuiste tú quien la besó- dijo ella con
los ojos rojos de tanto llorar.
-Pues…
porque te quiero- dijo Jorge reprimiendo las ganas de llorar el también- porque
eres en la primera persona que pienso cuando me levanto y la último cuando me
acuesto. Y ahora mis preguntas son, ¿me quieres? ¿Quieres que me vaya?
Noelia no
respondió automáticamente, ¿cómo sabía que no le mentía? Pero no podía pensar
en hacer lo correcto.
-No, por
favor- dijo ella cogiéndolo de la mano- ¿qué tengo que hacer para que no te
vayas?
-Ya sabes lo
que quiero- dijo acercándose a ella.
Él no estaba
jugando limpio, ella ya sabía a lo que el se refería y también él sabía que
ella iba a tener tentación, pero no podía hacerlo.
Jorge volvió
a hacer el intento de besarla por segunda vez y ella se negó nuevamente.
-¿Qué pasa?-
preguntó él.
-No puedo.
Jorge miró
al techo insatisfecho por la decisión de la chica.
-¿Por qué?
-Porque
aunque tenga quince años no sé si estoy preparada para esto. Así que no pierdas
más el tiempo conmigo y vete con una chica que si que lo esté.
-Esperaré lo
que haga falta. Te quiero demasiado como para perderte.
Noelia se
acercó al chico y le dio un beso en la mejilla.
-Tiempo al
tiempo- le dijo ella con una tímida sonrisa. Salió del vestuario para
encontrarse con sus amigos, pero sólo encontró a Pablo.
-Hola Noe,
¿qué tal con Jorge?
-¿Cómo sabes
que he estado con él?
-Ana me lo
dijo- respondió entre risas- ¿qué te pasa?
-Si la
persona de la que estás enamorada, lo único que desea es besarte y tu te niegas
por que, a pesar de la edad que tienes piensas que no estás preparada y sabes
que tienes miedo de lo que pueda pasar. ¿Qué deberías hacer?
-Lanzarte-
dijo Pablo sin duda alguna- y te lo digo porque me ha pasado y no quiero que te
pase a ti lo mismo.
Noelia le
hizo caso a su amigo, sabía que él tenía experiencia en esto porque, además de
tener las chicas rendidas a sus pies, era un año mayor que ella y sabía lo que
hacía.
Noelia vio
salir a Jorge del vestuario y no se lo pensó dos veces, corrió a su encuentro
para dejar de ser una cría, dejando el miedo atrás.
-¡Jorge!-
gritó.
Se lanzó a
sus brazos, cerró los ojos y le besó.
Volvió a
sentir el mismo hormigueo en el estómago, como cuando en el campamento su chicos
le pasó el brazo por sus hombros. Se miraron durante unos instantes.
-¿Y esto? ¿No
decías que no estabas preparada?
-Y sigo sin
saber si lo estoy, pero le he hecho caso a mí corazón- dijo Noelia mirando a
Pablo que le guiñaba un ojo. Jorge le acarició la cara para que se girase y así
poder mirarlo.
-Te quiero-
le dijo el chico.
-Lo sé- respondió Noelia con su tímida sonrisa.
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