2. SUPERSTICIONES.
Pasaron los días en el
campamento y los monitores reunieron a todos los chicos en el comedor para
darles una noticia.
-Chicos- comenzó a decir
el jefe del campamento- quiero que sepáis que mañana empezaremos una travesía
que durará cuatro días aproximadamente.
Todos comenzaron a
quejarse de esa noticia que para ellos era lo peor que les podían decir.
-Pero no olvidéis que esta
noche haremos un pequeña velada, pero ahora a comer- acabó diciendo otro de los
monitores.
A la hora de comer Sara,
Ana y Noelia se sentaron junto a Mario, Carlos, Pablo y Álvaro. Diego un niño
de once años apareció para darle una nota a Noelia.
-Gracias- le dijo ella
-¿sabes de quien es?
-De mi hermano- se
adelantó Álvaro.
Noelia la abrió y comenzó
a leerla:
TE ESPERO EN
LOS BAÑOS
DESPUÉS DE
LAS TAREAS
ÁNGEL.
-¿Qué querrá?- preguntó
Ana.
-Viniendo de mi hermano,
miedo me da- respondió Álvaro.
Una vez acabadas las
tareas, Noelia se acercó a los baños y desde lejos puedo ver el enorme ego de
Ángel.
-Recibí tu nota- dijo
Noelia- ¿qué quieres?
-Me gustaría decirte
que…bueno que… me gustas.
Noelia se quedó helada,
sin saber que responder.
-Mira me siento alagada
pero…
-Lo sabía, no sientes lo
mismo- dijo el chico cabizbajo.
-Lo siento.
-No importa, quedamos como
amigos ¿no?
-¡Claro!- dijo ella con
una sonrisa.
Llegó la noche y con ella
el momento que todos estaban esperando.
Para hacer las veladas el
campamento tenía como una especie de anfiteatro donde se celebraban todos los
actos.
Noelia, como pasó mucho
calor por el día y pensando que también lo iba a hacer por la noche, no se
cogió el abrigo.
Se sentó en las frías
escaleras, sola, porque a Ana le dolía mucho la tripa y Sara se había quedado
con ella en la enfermería.
Tiritaba de frío, se
lamentaba de no haberse puesto el abrigo.
-¿Estás bien?- le preguntó
la voz de Jorge.
-S-s-si- tiritó Noelia.
-¿Quieres mi abrigo?
-No, no quiero que pases
frío por mi culpa, pero gracias.
-Vale como quieras- dijo
Jorge alejándose.
Pasaron unos cinco
minutos, Noelia ya no sentía prácticamente las manos, hasta que sintió como
algo le tapaba los hombros.
-Te he dicho que no me
hace falta- replicó ella.
-Yo también puede llegar a
ser muy cabezota- dijo Jorge colocándole su abrigo por encima.
Noelia se sentía un poco
mejor, pero Jorge podía ver como sus temblores no cesaban, así que le pasó el
brazo por los hombros.
-¿Te importa?- le preguntó
a la chica.
-No, para nada- le
respondió colocando su cabeza en el hombro del chico.
De pronto, Noelia sintió
como un hormigueo por dentro, algo que nunca había sentido, se había enamorado
de Jorge.
Paró de tiritar y sentía
como su amigo la acariciaba el pelo mientras le acompañaba a su tienda.
-Gracias por el abrigo_ le
dijo ella devolviéndoselo.
-No hay porqué darlas- le
dijo apartándole el pelo de la cara y le dio un abrazo.
-Buenas noches.
-Buenas noches, preciosa.
Noelia vio como el chico
de sus sueños se alejaba caminando, sin dejar de mirarla.
Noelia entró en a tienda.
-Buenas noches, preciosa-
se burló Mario.
-¡Cuéntanoslo todo!- saltó
Ana que ya parecía encontrarse mucho mejor.
-No ha pasado nada. Buenas
noches a todos- dijo Noelia metiéndose en el saco de dormir, sin dejar de
pensar en él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario